MAGDALENA GARRETAS SATRE

... por Mª Milagros Rivera Garretas (y unas acotaciones de Paco Acosta)





Magdalena Garretas Sastre (Vizcaya 1912-Barcelona 2011)

Diré de mi madre cosas de su vida que recuerdo que decía en mi infancia.

De la suya recordaba la "revolución social" en los comentarios apasionados de la gente en los valles mineros de Vizcaya durante la Revolución de Octubre de 1917.

Siempre le gustó mucho leer y estudiar. Hizo el bachillerato en el Instituto Femenino de Bilbao y de ahí se fue a Salamanca, de becaria del Colegio de Santiago. Estudió Filosofía y Letras entre 1930 y 1934.

Recibió una beca para participar en el crucero por el Mediterráneo de 1933, que fue una experiencia fascinante de la que hablaba mucho.

De Salamanca pasó a la Junta de Ampliación de Estudios de Madrid para hacer el doctorado. En 1935, el padre de una amiga, Isabel de Vega, les dijo que habían convocado a concurso dos plazas de Auxiliar en la Universidad de Salamanca y las animó a presentarse. Mi madre sacó la de griego. Fue auxiliar de Miguel de Unamuno y dio clases hasta que cerraron la universidad por la guerra. Pasó parte de la guerra en Madrid, donde tenía un primo, y donde vivieron ella y algunas compañeras y compañeros compartiendo su sueldo. Después de estar al borde de morir de hambre (contaba que le salvaron unas sopas de ajo, que detestó desde entonces) volvió, por Francia, a Bilbao.

En 1941 fueron invalidados los nombramientos de la República. Hizo oposiciones a cátedras de griego de enseñanza secundaria, fue profesora en Cádiz, ciudad que le gustó mucho, se casó con Gregorio Rivera Úriz, fue profesora en Granada, tuvo tres hijas y dos hijos, se trasladó a Bilbao y, después, a Barcelona (Instituto Maragall) y a Madrid, donde se jubiló en 1982 en el Ramiro de Maeztu”.


No es necesario que aclare que estas frases son de María-Milagros, la hija de Magdalena Garretas Sastre. Contacté con ella, tiempo después de escribir sobre el Crucero universitario por el Mediterráneo de 1933 (http://ramiro53-64.blogspot.com.es/2015/03/crucero-universitario-por-el.html), para solicitarle inicialmente una fotografía de su madre, y luego, abusando de su amabilidad, le pedí que nos escribiera una semblanza... En cualquier caso la puse en un compromiso. Y sin embargo nos mandó esta foto de 1934, y nos escribió estas “notas biográficas” (complementarias a lo que sobre ella ya está publicado en el post del Crucero), que nos permiten conocer mejor a la profesora de Griego que llegó al Ramiro con posterioridad a nuestro paso por allí (estuvo desde 1977 a 1982).


A algunos os extrañará que en este apartado de “Nuestros Profesores” se incluya a alguien que no fue profesor en nuestra promoción. ¡No seáis “tiquismiquis”!. El Blog está abierto a antiguos alumnos de todas las promociones, y por tanto también debe estarlo en este apartado de las semblanzas…

3 comentarios:

  1. Gracias, Mª Milagros, por el esfuerzo de esas notas sobre tu madre.
    Paco: Coincido plenamente contigo en que nuestro blog está abierto a otras promociones y es enriquecedor saber que, después de nosotros, hubo alumnos que tuvieron también profesores muy válidos como Dª Magdalena.

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  2. Yo fui alumno de doña Magdalena en los cursos 1978/79 y 1979/80 y quiero agradecer mucho al/a los autor/es de este blog la semblanza que han publicado de ella, pues me ayuda a recuperar su memoria después de tantos años. Sinceramente, no recordaba su nombre de pila, solo su apellido y nunca se me ocurrió hacerle preguntas personales de ningún tipo. El trato que entonces teníamos con los profesores era respetuoso y distante.

    En su clase éramos cinco porque el griego era optativo y, que yo recuerde, ella era profesora agregada y no catedrática, ya que no había cátedra de griego. Los profesores de griego, que creo que eran dos, estaban adscritos al seminario de latín. Seguramente habían sufrido algún recorte de puestos ya en aquellos años.

    Aprovecho esta oportunidad para agradecer a doña Magdalena su contribución a la tarea de desasnarme a mí y a sus otros alumnos, algo importantísimo a lo que generalmente no damos toda la importancia que eso tuvo. Quería aportar dos pinceladas sobre ella: una que un día, excepcionalmente y sin que tuviera que ver con el contenido de las clases de griego, nos leyó en clase el poema de Unamuno "Mi Salamanca", y esta fue la única alusión a su pasado que, por lo demás, no nos explicó y del que nunca la oí presumir. La otra, que llevaba sus apuntes de clase escritos en el reverso de billetes usados del metro de Madrid, seguramente un testimonio de esa etapa tan dura que se menciona en la semblanza, pero también de un ingenio singular.


    Un abrazo a todos.

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  3. Recuerdo con una inmensa gratitud a la profesora Garretas, que nos dio clase de griego en los cursos 80/81 y 81/82. Nos contó muchísimas anécdotas de Unamuno, del crucero y de muchísimos asuntos (desde el hexámetro lagarós, fray Luis de León, las lenguas indoeuropeas hasta pasajes del Evangelio, cuestiones de la Historia, la guerra, etc.). Era una persona culta, entrañable. Andaba con paso ligero hacia la residencia al acabar la clase (que el último curso fue en el Hispano marroquí). No se me ha olvidado la primera lección tuvimos que memorizar el texto de las musas -ai musai ai theai ton techon kai epistemon eisin enea-, ni el primer verso de la Ilíada (menin aeide thea peleiadeo achileo ulomenen). Manuel Lobato.

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